Proceso del Sínodo


Figura 1. Esta infografía muestra el flujo general del Proceso Sinodal. El Secretariado General publica el Documento Preparatorio y el Vademécum como herramientas para que las Iglesias locales realicen la fase diocesana del Sínodo. Los frutos de esta fase diocesana se recogerán en una síntesis en cada Iglesia local. Sucesivamente, las conferencias episcopales y los sínodos de las Iglesias orientales formularán una ulterior síntesis a partir de las síntesis recibidas de las Iglesias locales. Otras instancias eclesiales también recibirán este Vademécum y el Cuestionario (cfr. Parte 5) para poder participar en la consulta y podrán elaborar su propia síntesis. Entre ellos se encuentran los Dicasterios de la Curia Romana, la Unión de Superiores Generales y la Unión Internacional de Superiores Generales (USG y UISG), otras Uniones y
Federaciones de Vida Consagrada, movimientos internacionales de laicos, Universidades y Facultades de Teología. La Secretaría General formulará la primera edición del Instrumentum Laboris (documento de trabajo) a partir de las síntesis recibidas por parte de las Conferencias episcopales, los sínodos de las Iglesias orientales y los demás organismos eclesiales mencionados por Episcopalis Communio. Este primer Instrumentum Laboris se debatirá después en las reuniones continentales (cfr. Parte 3.3). Sobre la base de los
documentos producidos a nivel continental, se elaborará una segunda edición del Instrumentum Laboris para uso de la Asamblea del Sínodo de los Obispos en octubre de 2023 (Secretaría General del Sínodo de los Obispos).

Gran parte de la riqueza de esta fase de escucha llegará de los debates entre parroquias, movimientos laicales, escuelas y universidades, congregaciones religiosas, comunidades cristianas de barrio, grupos de
acción social, movimientos ecuménicos e interreligiosos y otros grupos. Los obispos inician el proceso, por lo que es probable que la participación a nivel diocesano se coordine a través de los canales de comunicación habituales del obispo diocesano. Las parroquias que tengan un Consejo Pastoral Parroquial, y las diócesis que tengan un Consejo Pastoral Diocesano, pueden hacer uso de estos organismos “sinodales” existentes para organizar, facilitar y dar vida al Proceso Sinodal a nivel local, siempre que se haga un esfuerzo por llegar
a las periferias y a aquellas voces que rara vez se escuchan. El objetivo no es sobrecargar a las diócesis y a las parroquias, sino integrar el Proceso Sinodal en la vida de la Iglesia local de forma creativa que promueva una comunión más profunda, una participación más plena y una misión más fructífera.
En esta fase de escucha, invitamos a las personas a reunirse, a responder juntos a los estímulos en forma de preguntas/imágenes/escenarios, a escucharse mutuamente y a expresar comentarios, ideas, reacciones y
sugerencias individuales y de grupo. Sin embargo, si las circunstancias (como las restricciones de la pandemia o la distancia física) dificultan la interacción en presencia, es posible utilizar grupos de discusión online con un moderador, actividades online autodirigidas, grupos de chat, llamadas telefónicas y diversas formas de comunicación social, así como cuestionarios en papel y online. También se pueden utilizar materiales de oración, reflexiones bíblicas y música sacra, así como obras de arte, poesía, etc., para estimular la reflexión
y el diálogo.
Esta fase diocesana es una oportunidad para que las parroquias y las diócesis encuentren, experimenten y vivan juntas el camino sinodal, descubriendo o desarrollando así las herramientas y los caminos sinodales
que mejor se adapten al propio contexto local, lo que finalmente se convertirá en el nuevo estilo de las Iglesias locales en el camino de la sinodalidad.
Por lo tanto, este Sínodo no sólo espera respuestas que puedan ayudar a la Asamblea del Sínodo de los Obispos que se realizará en Roma en octubre de 2023, sino que también desea promover y desarrollar la práctica
y la experiencia de ser sinodal en el curso del proceso y para el futuro. Las Iglesias locales que ya han emprendido este camino han puesto a disposición excelentes recursos, como la Guía Metodológica para la Asamblea Eclesial de la Conferencia Episcopal Latinoamericana y el Consejo Plenario de Australia
y sus documentos clave. Los invitamos a consultar estos recursos para ayudar e inspirar el trabajo en la propia Iglesia local.

Una vez que la fase diocesana finalice con una reunión presinodal en la diócesis y una síntesis, las Conferencias episcopales y los Sínodos de las Iglesias orientales compilarán las aportaciones y los comentarios que hayan recibido de las diócesis y eparquías, para formular síntesis que recojan adecuadamente las contribuciones de los participantes a nivel local. Las Conferencias episcopales y los Sínodos de las Iglesias orientales están llamados a discernir y elaborar esta síntesis más amplia organizando una reunión presinodal.
Estas síntesis servirán de base para la primera edición del Instrumentum Laboris, que será publicada por la Secretaría General del Sínodo de los Obispo.

Este Instrumentum Laboris inicial será el “documento de trabajo” para las siete reuniones continentales: África (SECAM); Oceanía (FCBCO); Asia (FABC); Oriente Medio (CPCO); América Latina (CELAM); Europa (CCEE) y América del Norte (USCCB y CCCB).
Estos siete encuentros internacionales producirán, a su vez, siete Documentos Finales que servirán de base para el segundo Instrumentum Laboris, que se utilizará en la Asamblea del Sínodo de los Obispos en octubre de 2023.

Los obispos y los auditores se reunirán con el Santo Padre, el Papa Francisco, en la Asamblea del Sínodo de los Obispos en Roma, en octubre de 2023, para hablar y escucharse recíprocamente sobre la base del Proceso
Sinodal que comenzó a nivel local. El objetivo del Sínodo de los Obispos no es oscurecer las fases diocesana y de conferencia episcopal/sínodo de las Iglesias orientales y continentales, sino discernir a nivel universal la voz del
Espíritu Santo que habló en toda la Iglesia.

Dado que este Sínodo busca promover un nuevo estilo de vivir la comunión, la participación y la misión de la Iglesia, la fase de implementación será crucial para avanzar juntos en el camino de la sinodalidad. Esta implementación está destinada a alcanzar todas las Iglesias locales del mundo, de modo que el Proceso Sinodal incluya todo el Pueblo de Dios, ya sea desde el punto de partida hasta el punto de llegada (CE, 7). La(s) persona(s) de contacto en las diócesis y otras personas y organismos que participaron en la fase diocesana
pueden ser útiles en este sentido, incluyendo el Consejo Pastoral Diocesano, el Consejo Presbiteral y los Consejos Pastorales Parroquiales.
La esperanza es que la experiencia del Proceso Sinodal conduzca a una nueva primavera en términos de escucha, discernimiento, diálogo y toma de decisiones, para que todo el Pueblo de Dios pueda caminar mejor junto a los demás y a toda la familia humana, bajo la guía del Espíritu Santo.